Como resultado de un trabajo articulado con la Secretaria de Ambiente y Desarrollo Sustentable de la Nación, en el marco de un proyecto dependiente del Programa Naciones Unidas para el Desarrollo "Incentivos para la conservación de servicios ecosistémicos de importancia global" del cual INTA forma parte, presentamos la siguiente publicación. La misma es un producto del Proyecto GEF PNUD ARG/10/G49 - PNUMA 4B85 desarrollado en el área piloto Aldea Santa María, Entre Ríos.
Por Jose Alberto GOBBI, Maria Elena ZACCAGNINI, Marcelo German WILSON, José OSZUST, Silvia REVORA, Noelia Cecilia CALAMARI, Andrea Paula GOIJMAN, Laura María SOLARI, Romina Paula SUAREZ, Julieta DECARRE,Gregorio Ignacio GAVIER PIZARRO, Emmanuel Adrian GABIOUD, Maria Carolina SASAL, Guillermo Miguel STAMATTI y Sebastian DARDANELLI
La economía argentina ha estado tradicionalmente ligada al sector agrícola-ganadero, el cual ha sido sostenido por la riqueza de los recursos naturales del país y de los servicios ecosistémicos que los ambientes naturales y los paisajes rurales proveen. Desde mediados del siglo XX, el incremento en la conversión de ecosistemas naturales en tierras de cultivo y pasturas, junto a la aplicación de prácticas agropecuarias de manejo inadecuadas, se han vuelto una amenaza a la integridad de distintas ecoregiones del país, incluida la ecoregión de las Pampas. Esta conversión de ecosistemas naturales ha traído aparejada la disminución en la provisión de servicios ecosistémicos, lo cual, por ende, afecta el bienestar de los seres humanos y reduce las oportunidades de desarrollo a mediano y largo plazo al incrementar, por ejemplo, la erosión de suelos y reducir la productividad, aumentando el riesgo de cambios no lineales en los ecosistemas y disminuyendo la calidad de vida de los sectores más vulnerables de la sociedad. En general, en los procesos de toma de decisiones en el país no se han considerado dichos impactos sobre la provisión de servicios ecosistémicos debido, entre otras causas, a vacíos de conocimiento sobre los mismos y sobre las externalidades causadas por las actividades productivas. Si bien se han logrado progresos dentro de sectores clave (e.g. la agricultura y la silvicultura) en la definición de prácticas y políticas para el ordenamiento del uso de la tierra, su adopción por parte de los actores privados se ve muchas veces obstaculizada, ya que las evaluaciones económicas privadas no toman totalmente en cuenta los impactos indirectos –tanto positivos como negativos– de los procesos productivos. Por otro lado, en los últimos años se ha comenzado a entender la necesidad de considerar los valores de los servicios ecosistémicos en el marco de la toma de decisiones y de desarrollar mecanismos que compensen a los dueños de la tierra por el suministro continuo de tales servicios a través de la adopción de usos adecuados de las tierras y de la aplicación de prácticas de manejo que tienden a mantener la integridad de los ecosistemas.
Inspirado en el marco conceptual detallado anteriormente, desde fines del año 2011 se está desarrollando con financiamiento del Fondo para el Medioambiente Mundial (GEF, siglas en inglés) el Proyecto “Incentivos para la conservación de servicios ecosistémicos de importancia global en la Argentina” (Proyecto GEF-PSE), el cual es implementado por el Programa de la Naciones Unidas para el Desarrollo y el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente y ejecutado en forma conjunta entre la Secretaría de Ambiente y Desarrollo Sustentable de la Nación y el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria en asociación con los gobiernos de las provincias de Chaco, Formosa, Entre Ríos y Misiones. El objetivo de dicho proyecto es el diseño e implementación de diferentes modalidades de esquemas de pagos por servicios ecosistémicos como mecanismo para orientar el uso y manejo de las tierras en áreas clave a fin de asegurar la preservación de los ecosistemas y de los servicios que los mismos proveen, generando beneficios locales, nacionales y globales. En el caso del sitio piloto Entre Ríos se desarrolla un esquema de pago por servicios ecosistémicos en el marco de la Ley Provincial de Suelos en el que, además de buscar la mitigación y la reducción de la erosión del suelo y los procesos de degradación del mismo, se busca promover un cambio en el uso de la tierra desde la actual modalidad de cultivo en terrazas hacia el uso de terrazas con vegetación nativa, que se ha comprobado beneficioso para la conservación de la biodiversidad, la conexión del paisaje y la acumulación de carbono en el suelo.
Este manual de buenas prácticas para la conservación del suelo, la biodiversidad y sus servicios ecosistémicos, desarrollado en el marco del proyecto GEF-PSE, representa la base técnica para el diseño del esquema de compensaciones en el sitio piloto Entre Ríos descrito anteriormente. Las propuestas técnicas contenidas en el manual recogen las experiencias de numerosos años de investigaciones del INTA en la temática, fueron validadas con productores y expertos de distintos organismos nacionales de investigación y su elaboración ha contado con la activa participación de las autoridades del gobierno provincial y organizaciones de productores locales. Se espera que al desarrollar esta propuesta técnica se estimule una mayor concientización entre productores y usuarios de la tierra sobre la importancia de los servicios ecosistémicos en los procesos productivos y en la aplicación de tecnologías agrícolas sustentables que favorezcan la provisión de los mismos a largo plazo. Todo ello redundará en mejoras en la productividad, la calidad de vida de las comunidades locales y la salud ambiental de los paisajes agrícolas.
Dr. José A. Gobbi
Coordinador General del Proyecto GEF-PSE
Dra. Silvia Révora
Directora Nacional del Proyecto GEF-PSE
Para acceder al Manual de buenas prácticas para la conservación del suelo, la biodiversidad y sus servicios ecosistémicos haga click aqui.
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